Son debidas a roces excesivos o zonas de apoyo sometidas a demasiada presión dentro del calzado.
Se eliminan periódicamente, sin dolor, aunque pueden prevenirse y tratarse mediante la colocación de un soporte plantar que mejore los apoyos del pie.
Es un ojo de gallo, es el nombre coloquial de la callosidad que aparece entre los dedos del pie por el roce excesivo entre ellos.
Son infecciones de la piel producidas por un virus y con una manifestación parecida a las verrugas.
La forma de eliminarlos varía, puede ser por medios químicos, también pueden eliminarse mediante crioterapia (congelación), inyecciones intra-lesiónales o mediante cirugía en caso de lesiones recidivantes a otros tratamientos.
Posiblemente padezca una infección de la piel por hongos (micosis). Suelen aparecer en personas que no se secan correctamente los pies, personas con mucha sudoración en los pies, deportistas que utilizan gimnasios, piscinas, duchas comunes.
Tiene fácil solución mediante la aplicación de cremas especiales y cuidando meticulosamente la higiene de nuestro pie.
La uña encarnada se produce cuando se incrusta una porción de uña en el borde de piel que la rodea, provocando en muchas ocasiones inflamación, dolor e infección de la zona.
El podólogo puede retirar la espícula de uña (pico de la uña) que provoca la lesión y el dolor desaparece inmediatamente, pero puede volver a producirse. Para estos casos se realiza una sencilla intervención quirúrgica, en la que se extrae un lateral de uña y se trata para que no vuelva a crecer esa porción de uña.
La uña puede engrosarse por varios factores pero los más comunes son un traumatismo repetido en la uña, un traumatismo previo, infecciones por hongos (onicomicosis) o problemas de circulación.
Se puede intentar corregir en la medida de lo posible con una ortesis de silicona. Si este tratamiento conservador no funciona se puede utilizar cirugía digital.
Con el paso de los años las estructuras ligamentosas que sujetan los arcos del pie van debilitándose, de tal forma que las estructuras tienden al aplanamiento.
En la mayoría de casos las molestias producidas en el metatarso (metatarsalgia) tienen buena solución con soportes plantares u ortesis de silicona adecuadas.
Cuando el problema se agrava y el dolor metatarsal no se alivia con los tratamientos conservadores se puede solucionar quirúrgicamente realineando los metatarsianos.
Posiblemente padezca lo que se llama un neuroma, es decir, una inflamación de la raíz nerviosa que discurre entre dos metatarsianos y que quede pellizcada en determinadas fases de la marcha produciendo un dolor irradiado hacia los dedos.
Se trata de varias formas: mediante la aplicación de un soporte plantar para aliviar la compresión de dicho nervio, de una infiltración local o ultrasonidos para disminuir la inflamación del nervio y los tejidos adyacentes.
Puede ser debido a una patología del retropié, lo recomendable es hacer un estudio de la marcha para identificar dicha patología, puede ser debido a que el talón esté desviado en varo o en valgo según sea el desgaste.
Todos estos síntomas que son compatibles con una fascitis plantar o un espolón calcáneo. En ambos casos, el dolor viene producido por la inflamación de una membrana que envuelve la musculatura de la planta del pie, ya sea en su recorrido (fascitis) o en su inserción (espolón).
Suele verse en pies muy aplanados o con mucho arco, donde la tensión a la que es sometida dicha fascia es mayor de lo normal.
La fascitis suele curarse con tratamiento fisioterápico y soportes plantares sin problemas.
El espolón suele evolucionar muy favorablemente con el mismo tratamiento ayudado por una infiltración local de antiinflamatorio y en algunos casos requiere de una intervención quirúrgica para eliminar el crecimiento óseo en el hueso del talón.
Deberíamos de realizar un estudio de la marcha para valorar la alteración del patrón de normalidad.
Por los signos y síntomas descritos la patología puede ser compatible con un retropié valgo.
El tratamiento sería unos soportes plantares que estabilizasen la marcha.
Todo el mundo desgasta el calzado un poco por el borde externo del tacón porque la fase de contacto de talón se realiza por el borde externo, pero cuando el desgaste es excesivo se debería de realizar un estudio de la marcha para verificar la patología que lo produce.
Este desgaste anormal puede ser compatible con retropié varo, antepié varo, antepié supinado y primer metatarsiano en plantar-flexión.
Es una lesión típica del corredor, consiste en la inflamación del periostio o membrana que recubre el hueso de la tibia. Se suele producir al aumentar el volumen del entrenamiento, por una mala técnica de carrera, por pies pronados, torsión tibial, genu valgo, dismetrías, retracción muscular y/o calzado inadecuado.
El impacto del pie contra el suelo hace que los músculos tibiales traccionen continuamente sobre su inserción ósea, haciendo que el periostio se inflame.
El tratamiento adecuado sería acudir a realizarse un estudio dinámico de la marcha y hacer tratamiento conjunto de fisioterapia.